Escritor y artista visual.
Podemos comenzar preguntándonos: ¿Cómo voy a organizar mi día? Las tareas diarias -tiendo mi cama, me baño, desayuno y salgo a trabajar; voy a comer, regreso a casa, convivo con mi familia, un baño y a dormir. Aunque esto parece sencillo y un poco aburrido; no quiere decir que sea fácil. Tal vez no alcance a tender mi cama o bañarme; irme sin desayunar y en ocasiones no da tiempo para comer. Otras tantas veces solo llego a tirarme a la cama muerto de cansancio. En mejores días tendrá tiempo para pasear o simplemente entrar en ese mundo imaginario de la lectura.
Imágenes
Durante mis recorridos por nuestra hermosa República Mexicana ya sea en motocicleta, carro, andando, en burros o caballos; y otras ocasiones en avión. He tenido oportunidad de dibujar con la luz esos instantes irrepetibles que me han dejado una huella y quiero compartirlos contigo.
Vía Láctea desde la Laguna de Yalahau, Yucatán
Mi historia.
Mi historia es la suma de incontables microhistorias diarias. Aunque formalmente comienza en el kínder (mis recuerdos más lejanos), le sigue un mercachifles que aprendió a valorar las cosas, un adolescente de quince años que decidió hacer su Servicio Militar Voluntario por 32 años; y, hoy estoy en la tercera edad. He vivido las etapas de hijo, padre, huérfano de madre, viudo y la etapa “sin nombre” cuando el destino te presta a una hija por poco tiempo.
Proyectos.
Mis proyectos, al igual que la vida, no tienen un final predestinado; quizás, como en el caso de Macario: es solo una pincelada hasta cuando se apague la vela.
Este mes de julio 2025, comienzo la Licenciatura en Humanidades y Producción de Imágenes en la UAQ. No puedo ni quiero parar. Hoy es aprender ingles, mañana finanzas, pasado mañana Inteligencia Artificial.
Mientras tanto, sigo buscando respuestas: ¿Y los sentimientos, el amor, el dolor, la vida, la muerte? ¿Cómo se acomodan las “cosas” o ese “algo” intangible? ¿Cómo integramos a Dios (si es que existe) en nuestras vidas?
Bueno; esto último, es otro boleto y la historia de cada uno.
La escritura.
Al escribir, tenemos la libertad de borrar y reescribir mientras no demos por terminado ese “algo” llamado: texto, cuento, novela, obra de teatro, ensayo, crítica o simplemente nuestro diario. Y es precisamente en este punto donde me encuentro. Quiero acomodar palabras e imágenes que inviten y provoquen, que disfrutes y repudies; pero que de ningún modo te sea indiferente. Estas líneas comienzan con la idea de “eso que yo sé”. Los dedos escogen las teclas adecuadas y en cada movimiento aparece de forma secuencial y cómo por arte de magia una sopa de letras. Se producen los párrafos y las primigenias ideas de mi mente van acomodándose en la pantalla generando interés (o desinterés) en ti como lector.