
La sabiduría de la antigüedad a menudo ilumina nuestro presente. Así lo hizo el poeta Horacio en el siglo VIII A.C. Cuando escribió en sus Odas “Carpe diem, quam mínimum crédula postero”, que traducido a nuestro idioma significa algo así como: Aprovecha el día, no te fíes mucho del mañana.
A través de mis casi 60 años, las experiencias de vida han modelado mi comprensión de este mundo, un universo humano, tejido de sensaciones, emociones y pensamientos. He transitado caminos de fe, pero también, fiel a mi propia naturaleza, me he asomado al abismo de la incredulidad.
En los 35 años que viví del siglo pasado y los 25 de esta parte del siglo XXI que estoy viviendo; el mundo ha cambiado de tal manera que mi evolución ha sido una constante reinvención que ha permitido convencerme lo que hace ya mucho tiempo leí en un pizarrón. De esos pizarrones verdes de antaño, donde una letra no muy pulcra, trazada con gis blanco, ofrecía un contraste asombroso con la profunda sabiduría de su mensaje. Aquella frase, que ha marcado mi vida desde entonces, decía: ‘El problema no es que exista el problema, el problema es que exista la solución’
Siempre hay una solución para todo, incluso para aquello que la gente llama, quizás erróneamente, ‘muerte’. Lo fascinante de esta es precisamente su misterio: no sabemos qué sigue, y esa incertidumbre la vuelve, curiosamente, emocionante. Tu actitud es la lente a través de la cual la miras. No es a la muerte a lo que tememos, sino a esa transición, a ese incierto camino sin retorno que nos conduce hacia ella.
Hoy, 28 de julio de 2025, emprendo una nueva aventura: ¡Regreso a la Universidad! Si hace algunos años mi pensamiento hubiera sido ‘ojalá la termine’, hoy la perspectiva ha cambiado. Hoy me digo a mí mismo: Que el tiempo y las dificultades de las clases o las tareas no te preocupen. Disfruta cada instante de la experiencia, ¡sé feliz! Vive con pasión tu presente y valora cada oportunidad. Hazlo hoy, porque la vida fluye en la fugacidad del tiempo. Estoy seguro de que, en este movimiento, algo trascendente se transformará.