Toc toc… saludos…
“Sepan que olvidar lo malo es también tener buena memoria”. José Hernández
En este juego de carreras contra mi propio tiempo recuerdo mi primer escrito literario. Fue a mano, la misma mano derecha que fue obligada a escribir y cuya habilidad de hacerlo con una letra nada agraciada sustituyó a una mano izquierda frustrada por no tener la oportunidad natural de escribir.
El escrito fue por necesidad, tenia que entregar una tarea en la preparatoria. —Para la proxima clase quiero un escrito inedito con una extensión mínima de una cuartilla – dijo el profesor. En ese entonces no sabia que era una cuartilla. Fue tanto mi estrés que sin dudarlo, hubiera cambiado el dichoso escrito por unas cuantas planas de ejercicios de geometría análitica y cálculo diferencial.
Por azares del destino todavía conservo ese primer escrito con una nota del profesor que en un principio (y hasta la fecha) no creí lo que estaba leyendo. Una felicitación de unas cuantas palabras y su rúbrica fueron suficientes para calmar mi estrés y aceptar que esa noche sin dormir valió la pena.
El ruido de las teclas me permitió esconder la letra a mano que nunca ha mejorado desde la secundaria. Una varilla sujetadora de papel y un rodillo se iba comiendo una hoja blanca; con el movimiento mecánico de varillas, un regulador de interlineación, resortes y una cinta de color negro o roja para imprimir sobre el papel aparecian por arte de magia las letras. Un timbre marginal indicaba el final del renglon y con una palanca de carro libre se cambiaba a la siguiente línea. Conocí la máquina de escribir mecánica y aprendí mecanografía.
Años despues llegó la computadora, y el “taca, taca” de unas teclas duras se convirtió en un “tiqui, tiqui” de bajo de volumen. Las herramientas para escribir han mejorado mucho a traves del tiempo en contraste con mi letra a mano que va de mal en peor.
Como viajero del espacio he dado cincuenta y nueve vueltas al sol y sigo escribiendo por necesidad; todo sigue igual pero diferente. Sigue siendo una tarea, solo que ahora tambien es por el gusto de acomodar letras y palabras armando rompecabezas hasta crear un texto; con sus respectivas ediciones. Tal vez en una de esas vueltas me decida y vuelva a escribir a mano.
Alejandro García Villarruel.